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viernes, 14 de diciembre de 2012

Historia: Un sueño extraño


Hay historias complicadas que empiezan de una manera muy común, recientemente leí un libro de misterio donde la protagonista despertó en medio de un sueño bastante extraño y he ahí el mismo punto de partida que quiero tomar para esta historia que empezare a narrarles.

Chico universitario, delgado, de una piel tan blanca que comúnmente recibía bromas al respecto, imaginemos a nuestro personaje como uds mismos si así quieren verlo.
Había sido una semana bastante típica y lo mismo se esperaba de los días que faltaban para que terminara.
Cierta mañana nuestro principal se encontró en un paramo frio, rodeado por flores de vivos colores y el rostro al sol, giro al presentir no ser el único en aquel lugar y encontrose nuestro caballero con una mujer, poco puedo describirla pues el mismo no la recuerda, su alarma interrumpió tan agradable encuentro; despierta tardíamente en un día de poca actividad y sonríe, cree reconocerla.
Sacudió su cabeza para ahuyentar los restos de cansancio que permanecían en el después de una noche corta, o así le pareció.
Fue al encuentro de lo que el llamo felicidad, sin saber que tan cierto seria este pensamiento. "Sera un día normal" se dijo mientras el sol bañaba su cara haciéndole parpadear un par de veces para ajustar sus ojos a la luz.
El día se sucedió como cualquier otro, un minuto paso justo después del anterior, risas y expresiones alegres colmaron sus momentos. En un instante tranquilo que el miro como ojos de infante enamoradizo creyó no poder ser más feliz, vaya error el que estaba cometiendo sin saberlo, pues dos corazones tontos nunca podrán llegar al cielo.
Con paso tranquilo paseaba por una calle común de la ciudad en la que tenía su residencia, considerando la opción de sacar un cigarrillo de la mochila que llevaba a cuestas y disfrutar de las sensaciones que producía cada aspiración cuando sintió vibrar algo en él, no es una metáfora, su teléfono celular se agitaba justo al lado de la cajetilla de cigarrillos que antes considero alcanzar. Espero un momento antes de intentar alcanzarlo y se percato, al no detenerse el movimiento que era una llamada entrante.
Mientras cruzaba una avenida bastante concurrida, se apresuro a contestar y con un movimiento fluido atrajo hacia su comodidad el bolso que llevaba a cuestas para sumergir su mano derecha en la profundidad de un bolsillo frontal hasta encontrar lo que buscaba. Chequeo en la pantalla el número telefónico, no lo conocía.

-¿Alo?
-Alo, ¿como estas?

Aquellas palabras lo dejaron sin respiración por un momento. Conocía perfectamente esa voz, sabía que era ella, la mujer que tantas noches lo desvelo entre frases de amor y promesas de un placer descontrolado, todo sin decir una palabra. Se forzó a mantener el control y con el tono de voz más natural que encontró recito algunas palabras

-No esperaba que llamaras
-Ya no deberías esperar más cosas por hoy

No sabía lo que aquello significa, obligo su cerebro a reaccionar, miles de canciones y melodías atravesaron su mente en un segundo, comprendió que no solo no entendía el significado de las palabras que ella dijo sino que tampoco sabía siquiera donde estaba.

-No entiendo
-No es necesario que lo hagas

"Me tiene" pensó para sus adentros, y se presiono para recobrar el control, se ubico en la calle en la que estaba y se asombro a sí mismo por poder reconocer tan rápidamente todo lo que había a su alrededor.

-Bueno, en realidad yo nunca entiendo así que no importa jaja
-Jajaja jamás dejaras de ser tú

Lo había logrado, ahora era él quien tenía el control, su voz recupero la calma y fácilmente podía opacar la de ella, lo sabía y pensaba aprovecharlo.

-Me sorprendió tu llamada, ¿a que se debe?
-Quería saber que haces
-No mucho
-¿Y más tarde que harás?
-Mucho menos que ahora
-Jaja. ¿Te puedo invitar a hacer algo?
-Difícilmente, estamos bastante lejos.
-No tanto como crees

Aquella frase le helo el sudor que le corría por la nuca y en la calurosa tarde que empezaba a morir sintió un escalofrió recorrerle el cuerpo. Una sonrisa a través de la línea lo volvió al planeta de pronto, pero una vez más el desconcierto se apodero de su situación, no sabía en donde se encontraba, se hallaba caminando como alguien que sabe dónde va, pero era una falaz realidad que se dibujaba en quienes pasaban a su lado.

-No lo creo
-Me pareció recomendarte que ya no creyeras más cosas por hoy

Nuevamente era ella quien tenía el control de la situación y el pensó de una manera fugaz sin ahondar mucho en el tema lo rápido que alguien puede cambiar, aquella que le hablaba no era la misma con la que mantenía conversaciones hasta altas horas de la noche, esta mujer era mucho más segura de sí misma. Necesitaba recuperar su posición dominante.

-A ver... que tenias en mente.
-Vernos
-No tengo cámara - "Excelente respuesta, estas volviendo al juego" pensó
-No la necesitamos

Y esas palabras accionaron de pronto una serie de sensaciones, sentimientos, recuerdos y música ligada a ellos, sueños pasados se mezclaron con el presente y lo descolocaron una vez más, dejo de luchar.

-¿De qué hablas?
-De que estoy más cerca de ti de lo que crees

Esto último lo paralizo, se detuvo en su posición y verifico el lugar a su alrededor, comprobando que no estaba allí, entendió que se veía ridículo y que probablemente la idea de que ella estuviese vigilándolo también era tonta.

-Eso es casi imposible
-Por última vez, deja de esperar cosas.
-Entonces ven, aquí te espero
-Yo ya viaje 740km, es tu turno. Se cuanto te gustan los acertijos. Ya tienes todo lo que necesitas, tienes media hora.

Se hizo el silencio en la línea y entendió que no fue accidental, ella cortó la llamada, dejándolo mas confundido que nuca.
"¿Que paso? ¿Qué quería? ¿Que tengo?" empezó a desesperarse y se encontró de pronto rodeado por un grupo de personas que iban a algún centro comercial a distraerse después de un día de trabajo agotador.
"Necesito reponerme, necesito ubicarme y hacerme las preguntas correctas" se centro en las cosas que tenía a su alrededor y con un respiro profundo se fijo rápidamente en que era lo más resaltante del lugar.
Repaso la conversación una y otra vez para entender lo que sabía: ella estaba allí, cerca de él, "Yo ya viaje 740km" eso lo comprobaba
"Tienes media hora", comprobó su reloj y verifico que habían pasado 3 minutos, pero ¿tenía 27 minutos para que exactamente?
"Se cuanto te gustan los acertijos" se sintió un tonto por no haberlo notado antes, "esto es un juego para ella" pensó, "Y no la pienso dejar ganar"
Creyó que todo sería más sencillo si tan solo supiera lo que debía hacer. Repaso la conversación una vez mas y lo entendió. "No te dejare ganar". Verifico la hora, tenia 25 minutos y un objetivo.




Al salir del centro de llamadas donde se encontraba sintió una grata satisfacción al verificar que todo estaba saliendo como lo había pensado, estaba tan emocionada por lo sucedido que casi estaba excitada sexualmente, había podido controlarse cuando él contestó, ese había sido su primer gran logro. Pensó que quizás después de un par de minutos todavía estaría desorientado, eso la complacía, todo estaba saliendo como lo había pensado, el viaje fue largo y tuvo tiempo suficiente para pensar cada detalle.
Camino por los pasillos del lugar, le pareció un poco desaliñado para ser la gran ciudad que ella esperaba.
Busco sin mucho afán un lugar donde descansar mientras pasaba el tiempo, debía estar atenta a este detalle en particular, comprobó su reloj y verifico que habían pasado 10 minutos.
Encontró un par de asientos libres y se dispuso a descansar, "Lo lograra, se que lo hará" estaba seguras de sus capacidades, muchas veces la había sorprendido con detalles que ella no consideraba posible que el notase y lo había hecho, entendería lo que debía hacer y lo lograría.
Se distrajo un rato mirando las personas pasar frente a ella hasta que sus ojos se toparon con el reloj colgante del centro comercial, era un nuevo modelo digital de enormes números rojos. Faltaban solo 10 minutos, comparo con su reloj para estar segura de que no estaba mal. Por un momento se le paso por la mente que no lo lograría, solo media hora, era muy poco tiempo, quizás debería llamarlo, otorgarle 10 minutos más, en una ciudad como esa todo sería más complicado.
No, el lo lograría, quizás llegaría en taxi, o en bus... de pronto a su mente se le antojo imaginárselo bajar de un taxi tomado segundos antes y correr por entre la larga fila de coches que esperaban detrás de un semáforo, veloz al encuentro de su princesa, un príncipe sin corcel. Esta comparación la hizo sonreír.
Recordó la resolución tomada horas atrás en su transporte, si él lo lograba, y así estaba segura cuando lo pensó, recibirían con emoción la noche mágica que sabía que ambos deseaban; por otra parte si no lo hacía, tomaría el primer autobús a casa y olvidaría que alguna vez algo paso. Miro a su alrededor sin reconocer nada antes de chequear una última vez su reloj, faltaban 3 minutos.
Sintió decepción en su interior, quizás la prueba había sido muy difícil, pero ya la decisión había sido tomada, se levanto de su puesto ya con su bolso de viaje en la mano y anduvo hasta el local de cierta operadora de la que había hecho la llamada anterior.
Le hablo al recepcionista, un muchacho amable al que dirigió una sonrisa con desdén poco disimulado antes de decir nada:

-Una cabina por favor
-No se la des

Aquella orden negativa la obligo a voltearse con la intención de dar una respuesta a quien truncaba sus intenciones, su frustración no podía ir más en aumento y decidió que era la oportunidad perfecta para desquitarse con alguien, pero no alcanzo a pronunciar nada más antes de que aquella persona volviese a hablar.


 
Caminaba a paso veloz por una calle alterna a las grandes avenidas que abundaban en ciudades como aquellas, se concentro en su meta. Tenía clara dos cosas, primero, que ella estaba allí y quería que la encontrara, segundo, algo cambiaria si lo lograba.
Un coche pasó rápidamente junto a él y lo comparo con el tiempo, cuando estas atento parece ir más lento, pero cuando necesitas que se detenga parece volar junto a ti.
Repaso mentalmente sus conclusiones que le parecieron bastante lógicas, no le llamo de su teléfono particular, quiso indicarle donde estaba, le dio a entender que estaba en la ciudad, así que ya no necesitaba el código de área, por el contrario tenía el código de una operadora de telefonía móvil. No podía estar cerca de él, no conocía la ciudad, no estaría en el lugar donde llegara, si era un juego no sería tan fácil, tampoco estaría tan lejos, era precavida y no se arriesgaría a extraviarse, así que habían unos pocos lugares donde podría haber hecho esa llamada.
Miro la hora una vez más, tenía solo 15 minutos, echo a correr sin estar del todo seguro de a donde, había marcado mentalmente varios lugares y con el tiempo en contra necesitaría reducirlos, así que se arriesgo, pensó que no iría muy lejos.
Avisto su primer destino en  la esquina siguiente, no sabía si ir de uno en uno por la ruta que llevaba, no tenía tiempo de pensarlo así que corrió con más fuerzas y paso de largo frente al imponente centro comercial que se erguía frente a él.
Por un instante los años sin deporte se le tiraron encima y le reprocharon uno por uno su mala forma física, se disculpo con cada musculo y con sus torturadas piernas y acelero una vez más.
Se acercaba ya a donde deseaba estuviese ella esperando, penetro rápidamente por una puerta trasera del modesto centro comercial sin prestar mucha atención a los cambios evidentes, se dispuso a subir las escaleras hacia la planta superior pero una pareja que bajaba lo detuvo, decidió mirar a su alrededor y entonces sucedió, la vio, sentada en uno de los pasillos, el tenia razón, la conocía, sabía que estaría allí, y así era, casi irreal, pero estaba. Sentada con unos vaqueros y una blusa rojo y negro que resaltaban notablemente su color de piel y sus atributos.
Sintió haber tropezado con una mujer de fantasías y de pronto recordó aquel sueño de la noche pasada, era ella, no la recordaba exactamente así pero era ella, afrodita hecha humana.
Ella giro en su posición y el se oculto detrás de un mostrador vertical, no supo exactamente porque, una vez más los nervios se apoderaron de él.
"¿Porque me escondo? Yo gane, le gane, LA gane, esta aquí, puedo cumplir mi promesa de aquel beso apasionado y de impregnarme con su aroma en un abrazo... Es realmente hermosa" pensó.
Con un movimiento rápido y decido se mostro de su escondite, entonces, como ha sucedido con cada cosa que ha pasado desde aquella llamada se sorprendió con lo que vio. Ella no estaba ahí.
Miro a su alrededor y se encontró con un reloj en la vitrina de un comercio, le quedaban solo dos minutos. Empezó a correr otra vez importándole poco que la gente le creyera loco, y con el sudor corriéndole por la cara ya sabía a dónde iba a ir.
Subió veloz la escalinata y apretó el paso entre la gente hasta el centro de llamadas, donde la encontró hablando con el recepcionista, pedía una cabina de teléfonos. "No puedo permitirlo" y se obligo a articular estas palabras con voz fuerte y gruesa aunque a penas estaba recuperando el aliento.

-No se la des

Encontró como su mirada se topo con un rostro furioso por la negación que el acababa de hacer, pero ignoro esto al mirar como la expresión de aquella cara angelical se tornaba  en un sorpresa absoluta y se dibujaba una sonrisa pero no le dio tiempo a decir nada, hablo primero.

-Aun me quedan como 20 segundos





Es una historia muy poco casual, y es justo aquí donde debo terminarla, llamaría loco a cualquiera que me dijera que esto sucedió, si no fuese porque me pasó a mí.
Lo que paso esa noche quedara entre nosotros dos, sobretodo porque recién mi amada despierta y debo descubrir lo que me depara el destino… solo puedo saber que será junto a ella.

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