El silencio reinaba en aquel campo santo, todo permaneció en profunda quietud salvo uno que otro sollozo que se hacia notar por encima de las respiraciones del cúmulo de personas que habían ido a dar su último adiós a Larry, por mucho, el personaje más carismático de aquella pequeña ciudad.
Desde la muchacha que voluntariamente prestaba servicios en la biblioteca pública, pasando por el profesor amargado de Derechos Humanos, hasta el acaudalado empresario nacido en aquel helado lugar, todos estaban presentes en el funeral de Larry. Era incontable la cantidad de personas que habían, incluso un indigente al que Larry solía saludar se hizo presente para ofrecer, en su última morada, una rosa de latón aparentemente hecha por sus propias manos y despedirse del "ricachoncito", como acostumbraba llamarlo cuando el muchacho cruzaba por su esquina.
En primera fila, en un lugar donde la frase "posición privilegiada" cobraba otro sentido, se hallaban Jane, Louis junto a ella, de lado contrario a él se hallaba Drew, siempre tomada del brazo de Jerry, quien de vez en cuando también daba alguna palmada a Steven, que nunca abandonó a Amy y James que se había vuelto un constante desde que salieron del hospital. Curtis y Raúl como era usual ocupaban un espacio detrás de Jerry, junto a Charlie, y Rebecca que trataba de consolar a la hermana menor de su prometido. Lucy, Miriam y Christopher habian llegado un poco después que sus hijos.
El cura se acercó y pronunció con parsimonia las palabras que acostumbraba recitar en los funerales, sin embargo, también a él se le notaba un semblante tan afligido como a todos los demás.
-... Dios sea tu camino, y te lleve a la vida eterna. Amén. - La audiencia repitió. - Normalmente acostumbró en este punto, permitir a quienes quieran decir unas palabras, que se acerquen, pero rompiendo el protocolo, quiero ser yo el primero en hablar de Larry. Esta comunidad ha perdido a un fuerte eslabón en su cadena. Larry fue, no solo para mi, sino para todos, el más grande apoyo en momentos de gran tristeza. Su amistad, fidelidad, generosidad y franqueza, lo hicieron por mucho, el muchacho más llamativo que asistió a mi congregación. Quizás muchos no lo sepan, pero a los catorce años, Larry me confesó de manera pública, que no creía en la iglesia católica, que le parecían un grupo de viejos mandones y chochos, pero que en mi confiaba. Y desde entonces sus obras de caridad, aunque conocidas por pocos, han sido evidentes en toda la ciudad. Es algo por lo que debemos dar gracias, por haber tropezado en esta vida, con un ser tan humano y bondadoso. Que su recuerdo sea inmarcesible en cada uno de nosotros, y que la llama del amor que a todos nos regaló, permanezca siempre encendida en nuestros corazones.
El cura se apartó de su lugar con un gesto que expresaba que el espacio estaba libre para quien quisiera hablar. Mientras se alejaba, secaba las lágrimas que corrían por su mejilla.
Jerry no tuvo que pensarlo más de un segundo para acercarse. Sacó de su bolsillo cien dolares y arrodillándose, los colocó sobre el ataúd.
-Toma imbécil. Es para el taxi. - Una lágrima resbaló por su mejilla mientras decía aquellas palabras dn voz baja. - Quizás a muchos les parezca ridículo, pero teníamos un trato, si alguna vez, uno de los dos se perdía, le daríamos dinero para el regreso. Te perdiste hermano, y todos aquí necesitamos que vuelvas. - Aquellas palabras hicieron que muchos de los presentes rompieran en llanto. Jerry hizo una pausa. - Lo siento, estoy causando lo contrario de lo que a él le gustaría. Por favor no lloren, Larry odiaba eso. Si estuviese aquí de seguro encontraría la manera de hacer esto algo mas cómodo... Y de seguro preguntaría "¿Que carajos es inmarcesible padre?" - Algunos rieron al comprender la veracidad de aquellas palabras. Al tiempo que los ojos de Jerry se llenaban de lágrimas, le ofreció una sonrisa al cura. Se limpió el rostro y siguió hablando. - Yo no sé muchas historias de donativos y esas cosas sobre Larry, pero si algo que probablemente ustedes no: Larry despreciaba los funerales. Para él eran deprimentes. - Buscaba en sus bolsillos mientras hablaba. - Incluso una vez me pidio que no permitiera que su funeral fuese tan patético como los demás. Que si... cuando muriese... yo no habia muerto, por favor hiciera como si le estuvieran entregando un premio. - Con su iphone en la mano presionó la pantalla varias veces. - Pues bien, acabas de ganarnos a todos la carrera al otro mundo, idiota.
Una estridente canción de Rock empezó a sonar desde la bocina del aparato, un grupo ochentero cantaba "We are the champions" mientras Jerry caía de rodillas sin poder controlar mas el llanto. Curtis y Raúl corrieron y lo tomaron de los brazos para ayudar a levantarlo mientras Rebecca abrazaba a Drew que había perdido el control sobre sí misma.
Amy, se desprendió de sus muletas y las entregó a James, se abrazó a Steven y dejó que algunas lágrimas se hicieran presentes también en su rostro. Steven le devolvió el gesto al tiempo que sus ojos llorosos se esforzaban por controlarse.
Dos hombres vestidos con overoles se acercaron a la fosa, colocaron dos manijas en las ranuras junto a las cadenas que sostenían la urna y tras la señal que ya reconocían el uno en el rostro del otro empezaron a girarlas. Jerry volvió corriendo liberándose del agarre de Curtis y Raúl, que no pudieron darle alcance antes de que se arrodillara de nuevo junto al lugar de sepultura.
-Por si no lo oiste, Travis lo siente bro. - Susurró. Curtis y Raúl volvieron a tomarlo en sus manos.
Jerry parecía increíblemente más tranquilo, como si se hubiese librado de un gran peso. Se puso de pie y se sacudió el traje. Sus compañeros le quitaron la manos de encima. Caminó hasta Drew que le abrazó y lo hombres siguieron moviendo las manivelas que no tardaron en hacer bajar el ataúd, lo que desató una nueva oleada de sollozos y gimoteos entre todos los presentes, a Jerry le pareció incluso escuchar a Charlie gritar "Amo".
Drew parecía haber ido menguando lentamente su crisis, por el contrario de Jane, que siguió llorando sonoramente, sin embargo para Jerry pronto fue evidente que algo no andaba bien, la respiración de Drew se hacía cada vez mas pausada, y, aunque lo atribuyó a la temperatura del lugar, su piel estaba mas fría de lo usual.
-D... D... ¡Drew! - Gritó Jerry.
Drew se desvaneció en brazos de Jerry que la sostuvo por puro reflejos. Flexionó las rodillas para no dejar caer a su hermana y luego la alzó en sus brazos. Era probable que no hubiese comido absolutamente nada, era lógico que se desmayara. Se retiró con ella decidido a llevarla al hospital para que le prestasen la debida atención médica acompañado por Rebecca.
Cuando el féretro hubo llegado al fondo de la fosa, la inmensa cantidad de gente presente empezó a dispersarse. Por primera vez Steven pudo apreciar cuantos eran, había tanta gente que la fila de vehiculos aparcados salía del cementerio, aún cuando estaban bastante internados en él y era un terreno muy amplio. Amy no se movió de su posición, ni siquiera cuando Lucy, y sus padres, se alejaron del lugar, Steven también permaneció allí, a su lado. Esperaron hasta que todos se alejaron, incluso los que se acercaron para dejar caer una flor en la sepultura de Larry. Cuando quedaron totalmente solos Amy fue la primera en hablar.
-Larry una vez me dijo que estabas enamorado de mi. - A Steven le sorprendió que hablara de aquello justamente en ese momento, pero lo hizo más todavía que su amigo supiese aquello. Él intentaba disimularlo. - Le dije que esperaba a que tu en algún momento decidieras decirmelo. Creo que nunca le di la satisfacción de decirle que fui yo quien habló primero.
-Amy...
-Dejame terminar. - Guardaron silencio. - Rayos, ahora olvide mi discurso. Bueno, Larry, no hablé frente a todos porque no soy buena oradora. No soy tu, príncipe encantador. - Steven recordó que se había ganado el apodo por parte de Amy debido a la obra de cenicienta que protagonizó en la secundaria. - Pero si algo puedo decirte, es gracias. Por salvarme, por darme el valor de hablar con Steven, por apoyarme en todo. Gracias. Ruby también te agradece y te pide disculpas. - Steven aún no se acostumbraba a oír el nombre de Ruby pronunciado por Amy. - ¿Vas a decir algo o que? - Amy ni siquiera habia volteado a verlo.
-No. - Amy ahora si observó a Steven con mirada de reproche. - Él sabe que para mi fue uno de esos hermanos de otra madre. Y que por él habría dado mi propia vida de haber podido. - Guardaron silencio por un momento. Amy miró en derredor.
-Alcanzame las muletas. - Pidió señalando una silla a sus espaldas. Steven lo hizo con premura - Gracias. Steven, tu y yo...
-Ahora no Am. - Steven recordó cuando Amy dijo eso en el pent house de Jerry. Empezaron a caminar despacio.
-Es solo que entiendo porque no te decides. Ella es una gran chica y...
-¡Amy! - Interrumpió Steven. Amy se detuvo y el dió dos pasos mas y quedó frente a ella - ¿Sabias que tus ojos son verdes?
-¿Que? - El desconcierto de Amy fue absoluto.
-Jerry comentó una vez que eras tan despistada que probablemente no sabías que tus ojos eran verdes. De ser así entonces tampoco sabes que quiero ser mas que tu amigo.
-Si, creo recordar que fue en...
-¡Amy! - Volvió a interrumpir Steven. - A veces dudo que entre tu y yo, la de mente ágil seas tu.
-Por supuesto que lo soy, pero aún no escucho ninguna propuesta.
-Amy...
-Dejame terminar. - Guardaron silencio. - Rayos, ahora olvide mi discurso. Bueno, Larry, no hablé frente a todos porque no soy buena oradora. No soy tu, príncipe encantador. - Steven recordó que se había ganado el apodo por parte de Amy debido a la obra de cenicienta que protagonizó en la secundaria. - Pero si algo puedo decirte, es gracias. Por salvarme, por darme el valor de hablar con Steven, por apoyarme en todo. Gracias. Ruby también te agradece y te pide disculpas. - Steven aún no se acostumbraba a oír el nombre de Ruby pronunciado por Amy. - ¿Vas a decir algo o que? - Amy ni siquiera habia volteado a verlo.
-No. - Amy ahora si observó a Steven con mirada de reproche. - Él sabe que para mi fue uno de esos hermanos de otra madre. Y que por él habría dado mi propia vida de haber podido. - Guardaron silencio por un momento. Amy miró en derredor.
-Alcanzame las muletas. - Pidió señalando una silla a sus espaldas. Steven lo hizo con premura - Gracias. Steven, tu y yo...
-Ahora no Am. - Steven recordó cuando Amy dijo eso en el pent house de Jerry. Empezaron a caminar despacio.
-Es solo que entiendo porque no te decides. Ella es una gran chica y...
-¡Amy! - Interrumpió Steven. Amy se detuvo y el dió dos pasos mas y quedó frente a ella - ¿Sabias que tus ojos son verdes?
-¿Que? - El desconcierto de Amy fue absoluto.
-Jerry comentó una vez que eras tan despistada que probablemente no sabías que tus ojos eran verdes. De ser así entonces tampoco sabes que quiero ser mas que tu amigo.
-Si, creo recordar que fue en...
-¡Amy! - Volvió a interrumpir Steven. - A veces dudo que entre tu y yo, la de mente ágil seas tu.
-Por supuesto que lo soy, pero aún no escucho ninguna propuesta.
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Tres dias después (Diciembre, 30)
Era la víspera de año nuevo y Ruby, que ya estaba más recuperada de sus heridas había insistido en salir a comprar un nuevo vestido. Aún no podía viajar en avión, por eso esperarían hasta después de las festividades para volver a casa por lo que ella y sus padre pudieran necesitar para ocupar su nueva propiedad.
Danna se sentía impaciente por la tranquilidad con que su prima pasaba de una tienda a otra sin la menor preocupación de que el frío pudiese afectar de alguna manera su respiración, o las heridas que aún no terminaban de sanar.
-¡Ruby! - Un hombre a sus espaldas se acercaba rapidamente, pero no se arriesgaría a reabrir las heridas por alguien que no reconocía. El chico tomó las bolsas. - ¿Cuándo vas a entender que tienes que guardar reposo?
-Déjame en paz Steven. ¿Hasta cuando cuidas de mí? - Empezó a caminar de nuevo.
-Hasta que aprendas a cuidarte por ti misma. - Repuso Steven.
-No sé como más decirle que eso no está bien. - Insistió Danna.
-Y yo no sé como más decirles que estoy bien. - Insistio Ruby mirando un aparador. - Bueno, estaré mejor con esos zapatos rojos. ¡Son hermosos! - Steven y Danna se quedaron atónitos con la tranquilidad de Ruby. - Por cierto, ¿Como diste conmigo?
-Yo... - Danna le sonrió a Ruby con culpabilidad.
-¿Recuerdas esa cafeteria? - Preguntó Steven señalando un local del otro lado de la calle para zanjar el tema y librar a Danna de la reprimenda de Ruby.
-Esa es... - Observó la cafetería y luego a Steven. - ¿La del café de navidad?
-Creo que dijiste que era chocolate.
-Chocolate, si. Idiota.
-Creída. - Ambos sonrieron haciendo sentir incómoda a Danna. - ¿Quieres un café?
-Mejor un chocolate.
-Déjame en paz Steven. ¿Hasta cuando cuidas de mí? - Empezó a caminar de nuevo.
-Hasta que aprendas a cuidarte por ti misma. - Repuso Steven.
-No sé como más decirle que eso no está bien. - Insistió Danna.
-Y yo no sé como más decirles que estoy bien. - Insistio Ruby mirando un aparador. - Bueno, estaré mejor con esos zapatos rojos. ¡Son hermosos! - Steven y Danna se quedaron atónitos con la tranquilidad de Ruby. - Por cierto, ¿Como diste conmigo?
-Yo... - Danna le sonrió a Ruby con culpabilidad.
-¿Recuerdas esa cafeteria? - Preguntó Steven señalando un local del otro lado de la calle para zanjar el tema y librar a Danna de la reprimenda de Ruby.
-Esa es... - Observó la cafetería y luego a Steven. - ¿La del café de navidad?
-Creo que dijiste que era chocolate.
-Chocolate, si. Idiota.
-Creída. - Ambos sonrieron haciendo sentir incómoda a Danna. - ¿Quieres un café?
-Mejor un chocolate.
Cruzaron la calle y entraron en el local. Danna y Ruby ocuparon una mesa frente al cristal que daba a la calle. Steven fue directamente por un par de chocolates calientes y un Mokaccino, algunas galletas de mantequilla y azúcar para las bebidas. Se sentó y sonrió a alguien a través del cristal, Drew y Jerry caminaban en dirección a ellos.
Aunque no habían tenido tiempo de compartir mucho últimamente, la forma en que los sucesos de noche buena los habían unido era tal, que para el resto parecían no tener una explicación.
Drew fue la primera en entrar mientras su hermano sostenía la puerta. Caminaron directamente hacia el trío y todos sonrieron mientras se acercaban. Drew saludó a todos con un beso en la mejilla y se sentó a la mesa. Jerry acercó una silla y la imitó.
-Tienen que venir hoy al Pent House. - Jerry hablaba con entusiasmo.
-Jerry, la última vez que fuimos a tu casa me gané un tiro justo aquí - Ruby señalaba el lugar en su pecho donde la herida de bala cicatrizaba.
-Será distinto.
-Instalamos detectores de metales - Bromeó Drew. Todos rieron. - Mentira, será más tranquilo, queremos hacer un homenaje a Larry. - Se hizo un corto silencio.
-El fué muchas cosas, pero no tranquilo. - Dijo Steven. Todos rieron de nuevo.
-Lleven a sus familias. - Insistio Drew.
-Ademas tenemos noticias. - Jerry miró a Drew
-¿Ahora que Jerry? Ya no le puedes volver a pedir matrimonio a Becca. - Dijo Steven.
-Viene un pequeño Larry en camino. - Jerry había tomado la mano de Drew y no habia dejado de mirarla. La sorpresa dejó a los tres sin habla. - Bueno, Larry o Lorraine.
-Drew tu... - Preguntó Ruby a una Drew muy sonriente sin poder creerlo.
-¿Por qué les extraña tanto? - Preguntó Drew.
-Es que... No lo sé... Es decir... - Steven no encontraba palabras. Drew y Jerry rieron escandalosamente mientras se levantaban.
-No tonto, es Becca. - Aclaró Drew. Todos sonrieron, en verdad habían creído que Drew estaba embarazada.
-De ser así estaría desenterrando a Larry para que se casara con mi hermana. - Jerry siguió riendo. - Los esperaremos.
-Jerry, la última vez que fuimos a tu casa me gané un tiro justo aquí - Ruby señalaba el lugar en su pecho donde la herida de bala cicatrizaba.
-Será distinto.
-Instalamos detectores de metales - Bromeó Drew. Todos rieron. - Mentira, será más tranquilo, queremos hacer un homenaje a Larry. - Se hizo un corto silencio.
-El fué muchas cosas, pero no tranquilo. - Dijo Steven. Todos rieron de nuevo.
-Lleven a sus familias. - Insistio Drew.
-Ademas tenemos noticias. - Jerry miró a Drew
-¿Ahora que Jerry? Ya no le puedes volver a pedir matrimonio a Becca. - Dijo Steven.
-Viene un pequeño Larry en camino. - Jerry había tomado la mano de Drew y no habia dejado de mirarla. La sorpresa dejó a los tres sin habla. - Bueno, Larry o Lorraine.
-Drew tu... - Preguntó Ruby a una Drew muy sonriente sin poder creerlo.
-¿Por qué les extraña tanto? - Preguntó Drew.
-Es que... No lo sé... Es decir... - Steven no encontraba palabras. Drew y Jerry rieron escandalosamente mientras se levantaban.
-No tonto, es Becca. - Aclaró Drew. Todos sonrieron, en verdad habían creído que Drew estaba embarazada.
-De ser así estaría desenterrando a Larry para que se casara con mi hermana. - Jerry siguió riendo. - Los esperaremos.
Drew y Jerry se fueron tomados de la mano, de no ser tan conocidos, y por el parecido fisico, la gente habría pensado que eran novios.
-Por cierto, ahora que tocamos el tema del amor. - Dijo Ruby aprovechando el momento. - ¿James y tu...? - Le hablaba a Danna.
-Ruby, déjala. Ya nos dirán de su noviazgo cuando estén preparados. - Danna bajó la cabeza y se ruborizó ante aquel comentario.
-Ruby, déjala. Ya nos dirán de su noviazgo cuando estén preparados. - Danna bajó la cabeza y se ruborizó ante aquel comentario.
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-¿Y cuando volverás? - Preguntó Roger con tristeza sentado en la cama de Amy.
-Pronto. No creas que dejaré de molestarte. - Amy no había parado de buscar información en su computadora.
-¿Puedo ir a visitarte?
-No puedes. - La tristeza se acentuó en el rostro del niño. - Tienes que ir a visitarme, ¿Está bien?
-Pronto. No creas que dejaré de molestarte. - Amy no había parado de buscar información en su computadora.
-¿Puedo ir a visitarte?
-No puedes. - La tristeza se acentuó en el rostro del niño. - Tienes que ir a visitarme, ¿Está bien?
Roger esbozó una sonrisa amplia cuando su hermana hizo la aclaratoria. En ese momento Miriam entraba a la habitación de Amy, seguida de Steven.
-Amy, tienes visita.
-Mama te pedí que por favor... - Empezó a decir mientras se daba vuelta. - Él no es visita, es mas como...
-¿De la familia? - Dijo Steven.
-Iba a decir que una sombra recurrente en esta casa pero si, eso también funciona.
-Tonta. - Sonrió Steven.
-Tonto. - Respondió Amy.
-Mama te pedí que por favor... - Empezó a decir mientras se daba vuelta. - Él no es visita, es mas como...
-¿De la familia? - Dijo Steven.
-Iba a decir que una sombra recurrente en esta casa pero si, eso también funciona.
-Tonta. - Sonrió Steven.
-Tonto. - Respondió Amy.
Esa fue la señal para que, tanto Miriam como Roger, dejaran la habitación para que Steven y Amy pudiesen conversar tranquilamente. Roger cerró la puerta al salir de la alcoba.
-¿Estas segura de esto Am? - Preguntó Steven.
-Muy segura Tev. - La determinación de Amy era inquebrantable.
-A menos que...
-No. Ya lo hablamos. Cuando me recuperé me iré a Seattle. Veremos que pasa cuando vuelva. - Amy había optado por abandonar su sonrisa y su postura erguida transmitía una fuerza y una seguridad que solo en ocasiones especiales le imprimía a sus palabras.
-Hiciste que te propusiera ser mi novia para rechazarme una segunda vez. - Se lamentó Steven. - Lo peor de esta, es que ahora me abandonas.
-No te abandono Tev. - Amy acercó la silla a Steven y lo tomo del rostro con ambas manos. - Tampoco quiero ponerte a prueba, pero si has esperado tanto tiempo para estar conmigo, se que esperarás un poco más. Lo necesito Steven.
-¿Cuando surgió? - Pregunto Steven. Amy soltó su rostro y volvió al ordenador.
-El 23, la aprobación llegó por correo.
-Por eso todo lo que sucedió el 24. Querías una razón para quedarte. - Amy no respondió. - Te la estoy dando Am, por favor.
-Volveré Tev. - Steven sabía que por más que insistiese no lograría convencerla. - Además ahora estas con Ruby.
-Cuidar de Ruby y estar con Ruby son dos cosas distintas. - Steven se dejó caer en la cama con fastidio
-Pero una puede convertirse en la otra. - Steven calló. - Jerry...
-¿Te invitó?
-Si.
-¿Iras?
-No lo sé.
-Nos haría bien salir. Distraernos un poco.
-Serias buen propagandista para Jerry. - Ambos rieron. - ¿Puedes pasar por mi?
-Consiguete un novio.
-Y tu una novia.
-Tu que opinas, ¿Se lo propongo de nuevo? - Steven se sentó de nuevo en la cama.
-¿Pasarás por mí o no? - Amy ni siquiera se dio vuelta, probablemente para que Steven no viese la cara de satisfacción que tenía a causa de su insistencia mientras se debatía si confirmaba o cancelaba el ingreso a un curso de primavera en una universidad de Seattle.
-Sabes que lo haré. - Steven se levantó y observó por la ventana. - Vendré a eso de...
-Las 10 esta bien. - Steven no respondió. Amy volteó y tropezó con una expresión de alarma en el rostro de Steven. - ¿Te sucede algo?
-Creí... Creí ver... - Amy observó por la ventana, pero no observó nada anormal.
-¿Qué Steve? Empiezas a asustarme.
-Nada, la mente me juega trucos. - Dijo Steven meneando la cabeza para calmar a Amy, aunque él mismo no lo creía. Amy volvió su atención a la laptop. - Entonces a las 10. - Amy asintió con la cabeza. - Adiós novia. - Aquella palabra hizo que una sensación de calidez llenara a Amy mientras Steven le daba un beso en la mejilla. - Lo siento. Adiós, Am. - Corrigió.
-Adiós tonto. - Sonrió.
-Te quiero Am. - Le susurró al oido.
-Te quiero Tev. - Murmuró ella.
-Muy segura Tev. - La determinación de Amy era inquebrantable.
-A menos que...
-No. Ya lo hablamos. Cuando me recuperé me iré a Seattle. Veremos que pasa cuando vuelva. - Amy había optado por abandonar su sonrisa y su postura erguida transmitía una fuerza y una seguridad que solo en ocasiones especiales le imprimía a sus palabras.
-Hiciste que te propusiera ser mi novia para rechazarme una segunda vez. - Se lamentó Steven. - Lo peor de esta, es que ahora me abandonas.
-No te abandono Tev. - Amy acercó la silla a Steven y lo tomo del rostro con ambas manos. - Tampoco quiero ponerte a prueba, pero si has esperado tanto tiempo para estar conmigo, se que esperarás un poco más. Lo necesito Steven.
-¿Cuando surgió? - Pregunto Steven. Amy soltó su rostro y volvió al ordenador.
-El 23, la aprobación llegó por correo.
-Por eso todo lo que sucedió el 24. Querías una razón para quedarte. - Amy no respondió. - Te la estoy dando Am, por favor.
-Volveré Tev. - Steven sabía que por más que insistiese no lograría convencerla. - Además ahora estas con Ruby.
-Cuidar de Ruby y estar con Ruby son dos cosas distintas. - Steven se dejó caer en la cama con fastidio
-Pero una puede convertirse en la otra. - Steven calló. - Jerry...
-¿Te invitó?
-Si.
-¿Iras?
-No lo sé.
-Nos haría bien salir. Distraernos un poco.
-Serias buen propagandista para Jerry. - Ambos rieron. - ¿Puedes pasar por mi?
-Consiguete un novio.
-Y tu una novia.
-Tu que opinas, ¿Se lo propongo de nuevo? - Steven se sentó de nuevo en la cama.
-¿Pasarás por mí o no? - Amy ni siquiera se dio vuelta, probablemente para que Steven no viese la cara de satisfacción que tenía a causa de su insistencia mientras se debatía si confirmaba o cancelaba el ingreso a un curso de primavera en una universidad de Seattle.
-Sabes que lo haré. - Steven se levantó y observó por la ventana. - Vendré a eso de...
-Las 10 esta bien. - Steven no respondió. Amy volteó y tropezó con una expresión de alarma en el rostro de Steven. - ¿Te sucede algo?
-Creí... Creí ver... - Amy observó por la ventana, pero no observó nada anormal.
-¿Qué Steve? Empiezas a asustarme.
-Nada, la mente me juega trucos. - Dijo Steven meneando la cabeza para calmar a Amy, aunque él mismo no lo creía. Amy volvió su atención a la laptop. - Entonces a las 10. - Amy asintió con la cabeza. - Adiós novia. - Aquella palabra hizo que una sensación de calidez llenara a Amy mientras Steven le daba un beso en la mejilla. - Lo siento. Adiós, Am. - Corrigió.
-Adiós tonto. - Sonrió.
-Te quiero Am. - Le susurró al oido.
-Te quiero Tev. - Murmuró ella.
Steven se dió media vuelta, salió de la habitación y bajó las escaleras pensando que no podía ser verdad lo que acababa de ver por la ventana del cuarto de Amy. Un musculoso hombre rubio caminaba frente a su casa, mirando justamente hacia su ventana. Tenía que ser una casualidad, no podía ser Scott, él estaba preso. Si, eso había sido. Solo era alguien que se le parecía y su paranoia lo había empujado a imaginarlo.
"-Y en otras noticias, un autobus que traslaba convictos a la prisión estatal, volcó de camino al estado de Washington, dejando un saldo de tres reos muertos, cuatro heridos y dos desaparecidos. Las autoridades... "
El televisor despertó una nueva preocupación en Steven que no dió credito a lo que escuchaba. Salió de la casa de Amy, y al cerrar la puerta tras él, se obligó a creer que estos dos hechos no estaban relacionados en lo absoluto. Siguió pensando que debía pasar por Amy más tarde, debía convencerla de quedarse. Empezó a caminar de regreso a su casa, considerando que quizás seria buena idea pedirle a Ruby que llevase su pistola, Raúl se la había devuelto y ella era toda una experta, sino pasaba nada... "¿Si no pasaba nada?" Se estaba volviendo más imaginativo de lo que convenía. Todo saldría bien aquella noche. Convencería a Amy de quedarse, la haría su novia y le daria el primer beso del nuevo año.
FIN
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