Mientras corría, Steven se percató que sus piernas no respondían como a él le hubiese gustado, tal vez por el traje o quizás por los años en ausencia de ejercicio, pero por cualquiera que fuese la razón, el bajar las escaleras se le dificultaba cada vez más con cada escalón. Consideró que esa probablemente no era la mejor forma de darles alcance, asi que al llegar al 11° piso, llevaba consigo la esperanza de haber vencido a la máquina y presionó con entusiasmo el botón deseando con ansias que las puertas se abrieran; sin embargo no fue así, observo el panel digital que indicaba la posición de este y se encontró con que solo iba un nivel mas abajo. Había perdido tiempo valioso, tenía que seguir corriendo, o ese demente podría hacer algo que Steven no se perdonaría, era su responsabilidad. Si él no hubiese dejado sola a Amy. Si Ruby no le hubiese llamado novio. Si tan solo…
Steven apuró el paso. Tenía que alcanzar la planta baja antes de que Scott se llevara consigo a su mejor amiga dejándolo en estado de abandono emocional y con la carga moral de no haber podido proteger a la mujer que tanto adora. Si, la adoraba, y ese pensamiento le imprimió fuerza a sus piernas, quizás por la adrenalina, tal vez por algo más, pero al recuperar la energía perdida puso el doble de su empeño en darle caza a Scott, quien había llevado en contra de su voluntad a Amy. No podía ser de otra manera, Amy jamás habría aceptado ir con él por voluntad propia.
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-¿Puedes soltarme? – Dijo desembarazándose de la mano de su opresor - ¡Dios!
-Sabes que no quiero hacerte daño Am, pero tenemos que hablar – Se excusó Scott
-Primero, no me llames así, no tienes ese derecho – Amy notó que era la segunda vez que debía utilizar esa frase en aquella noche – Segundo, ¿Hasta cuándo? Búscate otra chica. Ya lo hiciste estando conmigo.
-Amy perdóname, ya mi auto pago ese error por favor.
-Debió pagarlo tu cara – Dijo en un susurro inaudible que Scott no alcanzó a escuchar ya que continuó hablando sin darle importancia alguna
-Yo solo quiero la oportunidad de compensarlo y demostrarte que soy un buen hombre, puedo cambiar – Dijo tomándole de un hombro para quedar frente a ella
-¿Sabes que tienes hasta la planta baja para convencerme de darte la inmerecida oportunidad de escucharte? – Señaló mientras se cruzaba de brazos – Para empezar porque odio que hayas hecho lo que hiciste, para quienes nos vieron en la fiesta, me raptaste Scott.
-Tienes razón. Disculpa. – Scott agachó la cabeza - Deberías llamar al chico para decirle que estas bien.
-¿Qué chico?
-Steven.
-¿Por qué habría de mentirle a mi mejor amigo?
-Porque estas bien, ¿o no?
-No. No lo estoy.
-¡¿Por qué dices eso?! – Dijo Scott tomándola de los hombros con un repentino ímpetu que Amy no notó de donde apareció – ¿Acaso no he hecho suficiente por ti? – Empezó a sacudirla
-¡Scott me haces daño! ¡¿Qué no lo ves?!
-¡¿No ves tu cuanto me duele tu desprecio?! – Gritó de pronto
-¡Scott suéltame!
-¡NO! ¡Te necesito conmigo Amy!
-¡Suéltame!
-¡No hasta que aceptes mi disculpa! – Y la apretó contra su pecho musculoso
-¡Scott! Me haces daño – A Amy empezaba a faltarle la respiración – Suéltame… y… hablaremos…
-Está bien. – Dijo Scott de pronto más calmado, pero sin soltar sus brazos. – Quiero que vengas conmigo esta noche, tengo que mostrarte algo.
-Bueno… - Amy, que aún recuperaba el aliento, intentaba pensar como podía disuadir a Scott de aquella idea, ya no confiaba en su estabilidad mental ni emocional – Sabes que no puedo abandonar a Steven y James, debo subir y decirles.
Scott se veía indeciso respecto a esa decisión, pero Amy aprovechó su momento de calma para pensar el próximo paso que debía dar, tenía que manipularlo para no ir con él, nunca había sido una mujer temerosa pero en esta ocasión, Scott empezaba a asustarla, y con su físico no era ella la persona ideal para enfrentársele. Observó, mientras deliberaba respecto a sus opciones, la pantalla en el panel con los botones, faltaban 5 niveles y alcanzarían la planta baja. Hasta ahora tenia una salida, podría ir en busca de ayuda con la excusa de avisar a Steven y James de su partida. ¡Steven! Era difícil que se quedara en la fiesta cuando los vió partir juntos, estaba segura de ello, sin embargo su presencia podría significar una provocación poco grata para Scott, tendría que volver pronto. Ojala Steven esperara el ascensor. Por favor que así fuese.
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Con la chica y James observándola, Ruby contemplo los reflectores sin observar nada directamente en realidad, trataba de procesar la información aportada por James. Hasta el momento tenia en claro tres cosas, entre ellas que Amy, la rubia escultural que brincaba junto a James cuando ella lo llamo novio era su mejor amiga desde hace mas años de los que cualquiera sabia; Scott, el rubio psicópata, era su ex novio que al parecer seguía obsesionado con ella, y, por ser el hijo de una figura destacable en la ciudad se creía con más libertades de las que debía, lo cual la llevaba a su tercer razonamiento y es que se llevo a Amy por la fuerza y tanto Steven (quien en su opinión debía sentirse responsable por dejar sola a su mejor amiga para platicar con ella), como James, se preocupaban mucho por lo que pudiese hacer.
-Eres un mal amigo, ¿Lo sabías? – Dijo mirando a James
-¿Disculpa? – James parecía indignado
-Acaban, técnicamente, de secuestrar a tu amiga y no diste ni un paso – Explicó Ruby
-Primero que nada, yo no lo vi, y…
-Además, tu amigo se fue a perseguir al secuestrador para rescatarla y tú sigues aquí de pie platicando.
-Sigo explicándote cosas, por si no lo habías notado – James se sonrojo y trato de excusarse
-Lo cual dejaste de hacer hace cinco minutos y sigues aquí. Yo no sé tu pero aunque no conozco al imbécil, ya me cae mal y me voy porque siento que debo hacer algo.
-Eres tan… - Dijo James irritado
-¿Vienes o que? – Ruby, que ya se había dado vuelta miró de reojo a James
-Espera solo un segundo por favor será mejor que…. – Pero Ruby no alcanzó a escuchar nada más, emprendió la marcha dispuesta a hacer algo.
Era muy persuasiva cuando quería serlo, por lo cual, si lograba hablar con él seguro podría convencerlo de que dejara en paz a Amy, y ya después verían como resolver lo demás, pero no les daría alcance, le llevaban mucha ventaja, tendría que pensar en otro plan. Lo primero tenía que ser encontrarse con Steven, él hacía que toda esa circunstancia fuera relevante. Por lo que pudo notar, el chico que tanto le atraía era caballeroso y protector, por lo cual lo más seguro es que hubiese ido tras ellos. Tendría que imitarlo, ya encontrarían una solución.
Al llegar al ascensor, Ruby presionó el botón y espero ansiosa. El golpeteo de sus zapatos en el piso del pasillo resultaba desesperante, parecía como si conociese a Amy de toda la vida, y su instinto feminista la obligara a enfrentar al patán que la aprisionaba.
-¿Por qué te importa tanto? – Preguntó la chica
-No me importa. – Mintió – Pero no se puede permitir que un tipo así de peligroso se lleve a una chica así porque si.
-¿Y si ella fue voluntariamente? – cuestionó
-Tenemos que confiar en la palabra de James, y según él, las cosas no son tan simples
-No me convences
-¡Ay ya Danna! Eso no es lo importante ahora
-¿Ves? Esa no eres tú. Me estas mintiendo Ruby. – Acusó Danna – Antes éramos muy cercanas, ¿Por qué piensas que puedes mentirme sin que lo note?
-¡Si ya! El chico, Steven. Me agrada y…
-Te gusta – Interrumpió Danna. Hubo una pausa en la que Ruby pareció reflexionar respecto a eso
-Más de lo que me gustaría aceptar – señaló mientras las puertas metálicas del ascensor se abrían con suavidad, sabiendo que no podía mentirle a su prima
-Ruby pero si apenas lo conoces – Dijo Danna en tono de reprimenda.
-Yo tampoco lo entiendo. Créeme que quisiera entenderlo. – Hizo una pausa donde ninguna miró a la otra – Además me siento un poco culpable pues si Steven hubiese estado con su amiga, quizás el grandulón no se la había llevado.
Guardaron silencio mientras el ascensor descendía. Ruby consideraba lo que acaba de aceptar ante Danna, de verdad le gustaba Steven, no entendía por que, ni como empezó, pero así era. ¿Cuál seria el resultado de aquello que estaba por suceder? Era algo totalmente incierto, pero en ese momentos debía prestar más atención a lo que sucedía con Amy, más que por ganarse la estima de Steven, su culpabilidad era la que empujaba y el chico la motivaba.
Danna se cuestionaba hasta que punto la cordura de su prima estaba intacta, siempre había sido el tipo de chica a los que los hombres perseguían, y ella los rechazaba en múltiples ocasiones, no obstante, no era el caso de Steven, ese muchacho de tez blanca con el que había tratado solo un día y ya la desequilibraba de tal forma que la llevaba a pelear por una mujer que no conocía y a cometer errores que no había cometido antes. Era su prima, en cualquier caso debía apoyarla. Observó el panel junto a las puertas al tiempo de ver como cambiaban del 11 al 10.
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Salieron del ascensor cuando las puertas se abrieron tras un sonido que señalaba que habían llegado al piso seleccionado. Amy vió que los botones correspondientes al piso 11 y 16 estaban encendidos, sin duda Steven había llamado el elevador, eso la tranquilizaba un poco, aunque un presentimiento le decía que no confiase en lo que la lógica le indicaba. Rechazó su razonamiento y salió al Lobby del edificio. Scott la tomó del brazo y le señaló una dirección.
-Recuerda que debo volver al pent house. No voy a tardar.
-No, ya avise a Jerry, no hay de que preocuparse. – Scott sonrió, pero Amy sintió el corazón darle un vuelco mientras pensaba de nuevo en una mentira para huir de Scott. – Vamos, mi auto esta al cruzar la calle.
-Pero… - No podía pensar en un motivo por el cual no pudiese aceptar caminar, sintió la mano de Scott hacer presión en su espalda para que caminara – Mi bolso… no lo traigo conmigo y de verdad lo necesito. – Dijo antes de intentar darse vuelta, pero Scott se lo impidió
-No es necesario, no lo vas a necesitar – Explicó
-¿Cómo no? Scott, mi identificación
-Sabes que no lo necesitas nena. Solo vamos
-Por favor no hagas esto Scott. – Dijo Amy casi a punto de llorar, mas por desesperación que por real temor. – Por favor no.
-Solo quiero que hablemos. Veras que todo estará bien. – Volvió a empujarla
-¡Scott! – Gritó alguien a sus espaldas. Amy volteó rápidamente al reconocer la voz de Steven, a diferencia de Scott que se irritó por la interrupción cuando ya estaban en la calle y tan cerca del auto.
-¡Hey Steven! – Saludo Scott que no veía amenaza alguna en la presencia de Steven - ¿Cómo va todo? Espero no te importe que me lleve a mi chica
-Yo no soy tu chica – Una inyección de valor arropó a Amy – Steven, no por favor – Este último comentario causó que Scott voltease a ver a Amy extrañado
-Hombre, necesito llevarme a Amy, solo por un minuto. – Dijo Steven entre jadeos, aún no se creía que hubiese alcanzado a la pareja. Cuando los vió a través de la puerta de cristal algo se encendió en su interior.
-¿Pero que les pasa a todos hoy? Amy y yo nos vamos, ¿entiendes Steven? – Scott se veía notablemente alterado
-Si, bueno, si ella quiere ir contigo lo hará, pero necesito hablar con ella – Steven dió un paso mirando a Scott a los ojos.
-Lo único que necesitas es irte antes de que te rompa la cara Steven – Amenazó Scott – No quiero tener que hacerlo – Dijo Scott tronándose los nudillos
-¡Hey! Basta Scott. ¿Qué diablos te pasa? – Scott no aparto la mirada de Steven – Iré contigo.
-No pasa nada Amy. – Dijo Steven – Seguro el grandulón entiende que debemos hablar.
-No. El grandulón no lo entiende. Da la vuelta Steve, no seas idiota. – Amenazó
Se midieron con la mirada mientras se acercaban y Amy, en medio de ambos trataba infructuosamente de detener el avance de Scott, que cuando ya se encontraba a un palmo de distancia de Steven con un solo movimiento de su mano la desplazó e hizo caer al suelo. Era evidentemente mucho mas fuerte que Steven, no había comparación, en definitiva Steven estaba a escasos segundos de ser aplastado por una aplanadora humana.
-¡Hey! ¡Idiota! ¿Qué demonios crees que haces? – Rugió Ruby saliendo por la puerta del edificio - ¿Estas bien? – Preguntó acercándose a Amy para ayudarla a incorporarse
-Si, si. – Dijo Amy desembarazándose de ella y rechazando la ayuda. – Por favor Scott, vámonos. Por favor. – Insistió Amy para evitar la confrontación. Tomó a Scott por el brazo y le haló, este se dejo llevar sin apartar la mirada de Steven.
-Amy, por favor. – Steven miraba ahora a Amy. – No.
-Luego Steven, por favor vete.
-Si niño, vete. – Se burló Scott.
Steven estaba a punto de abalanzarse sobre Scott cuando Ruby lo tomó por el brazo con fuerza, él le dedicó una mirada rápida y se concentró en Amy una vez mas. Ella pasaba su mirada de Scott a él, alternando de vez en cuando a Ruby y ocasionalmente hacia atrás para ver hacía donde avanzaba, ya que Scott no dejaba de hacer presión para volver a la confrontación, por lo cual ella debía esforzarse por obligarlo y debía caminar de espaldas.
-Amy… no lo hagas – Insistió Steven. Lo que desató la ira de Scott que se desprendió de Amy y se abalanzó sobre él. Amy corrió para alcanzarlo y empezó a golpearlo en la espalda, aunque esté a penas lo notaba.
-Con que quieres probar lo hombre que eres, ¿no? Te lo advertí Steve.
Al terminar de decir esto con ambas manos en el pecho de Steven lo empujó, lo que provocó que este retrocediera un par de metros. Steven sabía que Scott era fuerte, y pudo corroborarlo con la presión recibida, era evidente que lo superaba por mucho pero eso no le iba a impedir enfrentarlo.
-Cuidado Ruby. – Colocó su mano derecha frente al pecho de Ruby y le indicó que se alejara un poco. También notó que Amy ya no golpeaba a Scott.
-Si, cuidado princesa. Verás como le rompo la cara a tu príncipe. – Dijo Scott Caminando hacia Steven que se preparaba para la lucha.
-¡Scott! – Se escucho a Amy gritar en la distancia, ninguno hizo caso de aquel grito, aunque Scott se detuvo - ¡Mírame imbécil! ¿O no te importa tu adorado Mustang? – Después de todo Amy tendría la oportunidad de destrozar un coche aquella noche.
Con esa última frase captó la atención de Scott que giró en su posición de inmediato para mirarla. Amy sostenía un tubo de metal oxidado en sus manos y lo alzaba contra el parabrisas del Mustang rojo de Scott.
-Ok, ok. Ya, mira, estoy calmado. – Dijo Scott caminando en su dirección – Baja ese fierro y todo estará bien.
-Sube al auto. – Dijo ella sin moverse su posición.
-Bien, pero vienes conmigo. – A Steven no le agradaba aquella idea, pero la decisión sería de Amy.
-No, te largas ahora o te destrozo el puto auto y no dejaré entero ni una sola luz. – Amenazó Amy levantando más la barra de hierro.
Steven sintió una paz interior tras escuchar esta frase. Apreció en su brazo una presión inexistente hace unos segundos y al voltear pudo notar que Ruby volvía a tomar su brazo con la preocupación dibujada en su rostro, y unos metros detrás de ella, tratando de refugiarse del frío, su prima se abrazaba a sí misma. Volteó de nuevo para no perder de vista a la pareja, Scott aún avanzaba lentamente hacia Amy.
-Esto no esta bien Steven. Tenemos que ir por ayuda – Ruby se veía, más que preocupada, asustada, parecía haber notado algo que él no.
-Tranquila, Am sabe lo que hace. – Intentó tranquilizarla
-Eso ya no esta en discusión – Dijo Scott llevándose una mano a la espalda. – Vienes conmigo a la buena o a la mala. – Y levantando un arma de fuego en dirección a Amy agrego: - Baja ese puto fierro ya y súbete al maldito auto.
-¿Scott que demonios haces? – Dijo Amy dejando caer el trozo de metal y visiblemente asustada
-Esta vez me vas a escuchar, quieras o no. – Ruby apretó con más fuerza el brazo de Steven que no sabía como reaccionar y estuvo a punto de correr hacia Scott y golpearlo por la espalda.
-No Steven, ahora no. – Dijo Ruby mirándolo. – Lo resolveremos.
-No puedo quedarme así sin hacer nada Ruby. – Explicó
-Ahora no. Por favor. – Ruby estaba casi a punto de llorar. Estaba aterrada.
-Está bien Scott. Iré contigo. – Amy había levantado las manos en una reacción involuntaria – Solo baja el arma.
-Intenté dialogar Amy, ahora… ¡SUBE!
-¡Scott! – Jerry salía del edificio y detrás de él James y cuatro chicos más - ¿Qué demonios haces viejo?
-Excelente mas gente. – Scott solo miró un segundo a Jerry y luego se colocó junto a la puerta del chofer - ¡Sube al maldito auto y es la última vez que lo digo Amy!
-No lo hagas Scott por favor. – Dijo Amy mientras una lágrima se deslizaba por su mejilla. Scott soltó un disparo al aire que hizo que todos se agacharan un poco y a Steven le pareció escuchar gritar a una mujer, aunque no sabía bien a quien, y luego Scott apuntó de nuevo a Amy.
-¡Sube ya maldita sea! ¿O tengo que darte un tiro y luego subirte? – Amy obedeció y entre sollozos subió al coche
-Todos tranquilos muchachos. Amy y yo estaremos bien. – Subió al auto y encendió el motor. Retrocedió muy despacio y luego de frente calle abajo.
Steven creyó alcanzar a leer en los labios de Amy un “ayuda” que no hizo más que llenar su mente de desesperación y angustia. Siguió el auto con la mirada mientras las luces se deslizaban sobre la carretera. No sabía que hacer, ni como actuar, tenía que reaccionar, no podía dejar a Amy con ese psicópata desquiciado. Tenía que ir a la policía, aunque el jefe de la misma fuese el padre del imbécil. Se dio vuelta para descubrir que sus amigos caminaban en su dirección excepto James que iba hacia la chica que llegó con Ruby a la fiesta para tratar de calmarla pues parecía bastante alterada; recordó a Ruby que se había mantenido junto a él en todo momento, una lagrima se deslizaba por su mejilla, creando un surco sobre su maquillaje aunque ahora se veía bastante calmada.
-¿Estas bien? – Preguntó sorprendido de que pareciese tan tranquila y se quitó el abrigo para cubrirla pues bajo aquellas circunstancias debía estar muriendo de frio
-Si, si. – Afirmó limpiando la lágrima de su rostro y dejándose envolver en la chaqueta de Steven – Ese maldito idiota nos dió un buen susto.
-Tengo que hacer algo Ruby, lo siento. – Volteó a ver a sus amigos. – Jerry no puedo pedirte que vengas, es el día de tu compromiso, pero yo…
-No se diga más. – Dijo Jerry interrumpiéndolo – Vamos a la policía.
-Gracias J. – Steven estiró la mano para agradecerle
-No sean idiotas. – Ruby hablaba con una serenidad poco creíble. – Hasta donde se es el hijo del Sheriff, ¿No? ¿Qué creen que hará? – Hizo una pausa mientras verificaba tener la atención de todos. – No, no podemos ir a la policía.
-Bien, ¿y que sugieres que hagamos? – Preguntó un chico alto y corpulento, debía ser amigo de Jerry pues Steven no lo conocía.
-¿No es obvio? Tenemos que ir por él.
-Ella tiene razón – Aseguró Jerry en seguida – Dejémoslas en casa y vayamos por ellos.
-¿Danna puedes irte con James a casa? – Gritó Ruby – Steven me llevara al Hotel. ¿Puedes hacernos ese favor James? – James asintió con la cabeza.
-¿Segura? – Pregunto Danna
-Si, todo estará bien – Ruby sonrió para tranquilizar a su prima, y esta empezó a caminar con James.
-Jerry… - Quien habló esta vez fue Steven que escuchó atentamente la conversación y ahora miraba a su amigo.
-Que ni se te ocurra. – Dijo Ruby dirigiéndose hacia Steven con una expresión de carácter que él no había visto antes.
-¿Qué? Debo buscar a Amy y la verdad, aunque me gustaría yo…
-Tu vendrás conmigo al hotel, si, pero solo para que pueda cambiarme. – Steven no pudo articular palabra, ¿Ruby pensaba ir con él?
-No Ruby, tu no…
-Ese maldito me debe una y me la va a pagar. – Era evidente la ira contenida de Ruby por Scott. – Claro que si. Ahora vamos. Primero al hotel, luego ya veremos.
Steve solo pudo ver de reojo la forma en que Jerry sonrió tras las palabras de Ruby. Asintió y busco en su bolsillo las llaves del auto. Le indicó por donde a Ruby y luego se giró en dirección a Jerry.
-Jerry, no quiero molestar.
-¿Dónde nos encontramos? – Preguntó Jerry.
-¿Seguro?
-Amy también es mi amiga, y no sabes las ganas que tengo de partirle el rostro a ese idiota. – Jerry podía no tener la musculatura de Scott, pero su fuerza no era despreciable. – Así que, ¿Dónde?
-En… - Steven dudo, no lo había pensado. – La casa Johnson. – Dijo al recordar que las llaves estaban en la guantera del auto de su madre
-¿Como entro? – Consultó Jerry
-Las puertas estarán abiertas. Tengo las llaves.
-Cada segundo es valioso – Señaló Ruby
-Tiene razón. – Concordó Jerry. – Nos vemos en un rato. – Y se dió la vuelta para entrar en el edificio junto con sus cuatro compañeros
Steven todavía no creía, mientras conducía hacia el hotel, que aquella chica estuviese ayudándolo de alguna manera a recuperar a la mujer por la que segundos antes estaba a punto de rechazarla y por la que probablemente lo haría. Quizás debía decírselo ahora, que estaba enamorado de Amy. Pero la admiraba de tal forma que el silencio fue la mejor respuesta, solo tenía una cosa en mente: Encontrar a Scott, romperle cada hueso y saber que Amy estaba segura.
“Voy por ti Am”.
Continuara…
Cada vez más satisfactoria, aclara los pensamientos y sentimientos de Tev; confió en que Amy sepa manejar la situación, aunque no puedo negar que me preocupa el momento en el que intente enfrentar Scott.
ResponderEliminar¿Sacando conclusiones? Trata de no adelantarte. La continuación no ha de tardar.
ResponderEliminarIntento no hacerlo, tendre paciencia.
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